lunes, 6 de abril de 2009


Los viajes de la Señora del presidente

La esposa del presidente Zapatero, doña Sonsoles Espinosa, no ha acompañado a su marido a la cita más deseada por éste de un tiempo a esta parte; al encuentro en Praga, previa reunión de los G-20, con el presidente USA, el subyugante Barack Obama. Los más “progres”, tan duros con los adversarios y tan comprensivos con los de su cuerda, lo justifican diciendo que la mujer no tiene por qué segur al marido, que eso es un mandato machista, reaccionario y contrario al movimiento feminista… Se ha suscitado una polémica, aunque sin exagerar.
A mi no me parece mal que doña Sonsoles no vaya donde no quiera ir, pero debe entenderse que, con esa actitud, priva a España de estar presente, donde están representados por vía conyugal, otros países; en la reunión de las consortes, donde, sin duda, seria bueno también estar. Pues es interesante estar en todas partes… En cuestiones de protocolo y diplomacia se trata de estar, ver y escuchar lo más posible. La utilidad, el servicio, está en eso, precisamente.
Pero si la Señora de Rodríguez Zapatero no quiere acompañar a su marido en su trabajo está en su derecho. No seré yo quien se lo discuta. Pero lo que no resulta de recibo es la justificación de la ausencia en un lugar y la presencia en otro; con base en que solamente quiera ir donde “le hace ilusión” bien porque no conoce el lugar, bien porque es de un exotismo que le resulta sugestivo. Argumentación que no es de recibo, a m juicio, porque si alguna vez tenemos que pagarle el viaje con cargo a nuestros impuestos, ha de ser porque resulte útil a los intereses de España, no porque le haga ilusión a la señora del presidente, por alguna de las razones apuntadas…
Ahora que sabemos que la Sr. Espinosa no va más que donde le interesa, que su presencia en los viajes de Estado no es porque preste un servicio al país, sino porque tiene un interés personal y particular en el viaje concreto, habrá que comprobar quien los paga, pues con cargo a nuestros impuestos no caben más que viajes de interés para el Estado. Parece bastante elemental.¿O no? ¿Acaso no hay que exigirle lo que los socialistas, en las mismas circunstancias, exigirían a los del PP? ¿O es que no sería así?


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