sábado, 24 de mayo de 2008

Adaptarse a la realidad

(Con ochenta, solo ochenta, palabras)

Rajoy piensa que esta adaptación es la solución para el PP. No entendiendo que la realidad a que se refiere es fruto de una interpretación subjetiva de los acontecimientos; que cuando habla de realidad está hablando de su realidad. Como él ve las cosas de su alrededor; hoy victoria donde hay derrota, suma donde hay resta, amigos donde hay enemigos…Gigantes donde hay molinos… Los clásicos decían: “los dioses ciegan a quienes quieren perder…” Rajoy me parece estigmatizado con esta maldición.


domingo, 11 de mayo de 2008

¿Por qué catalán y no balear o …?

En el Génesis se lee que Dios creó el mundo, el universo, con todo lo que lo compone, y al hombre, al quien facultó especialmente para que pusiera nombre a todas las cosas de la creación.

Sin embargo esa facultad, ese derecho de poner nombre a las cosas, que parece quedó claro, ofrece problemas. Pues entre nosotros hay una serie de personajes, entre los que se encuentran la mayoría de políticos que nos hemos dado hasta hoy, que no nos han permitido y siguen sin permitirnos ejercerlo con relación a una de las lenguas que se habla en esta comunidad. Podemos poner nombre a los continentes y a las estrellas, pero no podemos, a juicio de los nacionalistas catalanistas (hay que llamarles por su nombre), poner nombre libremente a nuestra lengua vernácula, autóctona; o como se quiera decir. Calificada de propia, pero solo para lo que les interesa; como es el condicionarnos y gravarnos esta propiedad. Pero que se pretende (y consigue de facto) que no sea propia para el ejercicio del derecho a denominarla. Debemos denominarla como ellos nos dicten. Nos limitan ese derecho y no solo eso, sino que con unos cuantos sofismas más nos hacen miembros de un cuerpo místico llamado ”Països catalans” construido a partir de esta lengua propia, llamada, sin posibilidad de hacerlo de otra forma sin graves perjuicios morales, lengua catalana. Lengua que, además y ahí está el meollo de la cuestión y de todas las cuestiones que envuelven ese asunto, se constituye metafísicamente como la patria común de todos los catalanohablantes. Aunque algunos todavía no lo sepan, por no haber alcanzado la gracia del “logos” divino.

  • La obra de Alcover-Moll se llamó “Diccionario Catalán, valenciano balear
    (
    Diccionari català-valencià-balear)
  • El Diccionari català-valencià-balear (Diccionario catalán-valenciano-balear), también denominado Diccionario Alcover-Moll en honor a sus creadores. (…)Según el largo subtítulo que lleva este Diccionario, es una obra comprensiva de la lengua que se habla en el Principado de Cataluña, el antiguo Reino de Valencia, las Islas Baleares, en parte del departamento francés de los Pirineos Orientales, y los valles de Andorra, la margen oriental de Aragón y a la ciudad de Alguer en Cerdeña. (De Wikipedia, la enciclopedia libre)

Pero si el nombre que se adoptara, a partir del título de la obra de Alcover-Moll para la lengua fuera catalanovalencianobalear”, seguro que se pronosticaría que no tendría éxito. Se diría que hoy en día se tiende a la simplificación. Etc. Mas las partes de este todo, si rigiera la libertad en vez de ser víctimas, de facto, del determinismo, podrían pretender otras combinaciones; buscando la eufonía o simplemente colocarse una delante de la otra (como hacen siempre los catalanes; y no solo esto, sino que quedándose solos, o con la mejor parte, en descarada asimetría).

Podría ensayarse valenciacatalabaleá” (que no suena mal) o “baleavalenciacatalá” (que por aquí sonaría mejor). O ya que está tan de moda la creación de palabras a través de acrósticos, siglas o abreviaturas ¿por qué no ensayarse las denominaciones “cavaba”, “vacaba” o “bavaca”?.(O tal vez “catvalbal”, “valcatbal”y “balvalcat” y demás composiciones posibles )

Los científicos o expertos…Los que saben dirán que todo esto son barbaridades. Fruto de la ignorancia. Pues, fíjense que ignorancia tan enorme. ¡Hasta sabemos que nos llamarán ignorantes…! y el por qué. (Por decir lo que no toca…) Según aquellos, al nombre de nuestra lengua no podemos decidirlo sus propietarios; los que la tenemos como propia. Solo pretenden permitirnos que sea propia, en definitiva para imponernos la exclusión o supresión gradual (que se produce en la medida que se ignora) de la otra que también la mayoría; de momento; la tenemos como propia (que es la española, también llamada, y no pasa nada, castellana). Propia porque nos da la gana que lo sea. Porque propio es lo que uno se apropia… El nombre de las cosas, hay que decirlo y repetirlo las veces que haga falta, no está predeterminado por la naturaleza, es fruto de la voluntad o, mejor dicho, del consenso de voluntades en llamar algo de determinado modo.

Pero el problema está ahí; porque entre los lingüistas hay demasiados “teololingüistas”, que hacen de la lengua una teología. Por lo que no explican realmente la lengua, o no solo eso, sino que predican sus verdades. Los expertos, llamados tecnócratas durante la dictadura de Franco vuelven a estar entre nosotros y atacan de nuevo. Nuevamente se extralimitan. Está visto que pasarse es una tendencia natural en ellos.

domingo, 4 de mayo de 2008


El siglo de Einstein y Plank había resultado ser el siglo de Hitler. La Gestapo y el renacimiento científico eran hijos de una misma época. Que humano era el siglo XIX, el siglo de la física ingenua en comparación con el siglo XX, el siglo que había matado a su madre. Existe un parecido terrible entre los principios del fascismo y los principios de la física contemporánea. El fascismo ha negado el concepto de individualidad separada, el concepto de "hombre" y opera con masas enormes. La física contemporánea habla de probabilidades mayores o menores de fenómenos en este o aquel conjunto de individuos físicos. ¿Acaso el fascismo, en su terrible mecánica, no se funda sobre el principio de política cuántica, de probabilidad política?

  • Vasili Grossman (1905-1964) "VIDA Y DESTINO",
  • Galaxia Gutemberg-Circulo de lectores
  • (pags. 110-111).

sábado, 3 de mayo de 2008


Paris, Mayo 1968 - 2008 (Cuarenta años después)
  • No me apetecía escribir, por lo menos de momento, de este aniversario, aunque sea el 40º. Como Sarkozy, prefiero enterrar el mayo del 68. Aunque estoy pensando que será mejor que lo hagamos sin prisa, porque al hacerlo, a buen seguro que enterraremos algo propio y con más relevancia, quizás, de la que inicialmente podíamos pensar. Fue germen de la "progresía", una especie de casta con la que convivimos y que ha hecho de la contradicción (entre lo que se dice y lo que se hace) su forma de vida... Una gente, por otra parte, ideológicamente caduca y trasnochada. Pero el mayo del 68 contribuyó, sin duda, a la libertad interpersonal y a la igualdad entre los seres humanos, lo que, obviamente, fue bueno.
  • Gluksman ha escrito últimamente, en carta al presidente de la república francesa, que lo mejor que tuvo el mayo del 68 fue la emergencia de un espíritu antitotalitario y la contestación del comunismo; y que el mejor heredero de la franqueza de mayo del 68 es Nicolas Sarkozy. Su perfil y circunstancias personales (que últimamente le han hecho perder popularidad, curiosamente) hay que convenir no hubieran sido posibles se dieran en un presidente de Francia, si la sociedad francesa no hubiera transitado por el mayo de 1968.


  • A continuación voy a reeditar dos artículos; uno que escribí hace 20 años y otro que hace 10, conmemorando el vigésimo y el trigésimo aniversario de esta revuelta con ínfulas de revolución. Aunque si es cierto, como dijo Ortega, que la revolución consiste más en el cambo de los usos que de los abusos, pudiera ser que termináramos cambiando de opinión respecto de la calificación del fenómeno social llamado "mayo de 1968".
  • Realmente lo que se vive es lo más dificil de aprehende teóricamente.

Veinte años después


Hace veinte años dicen hubo una revolución. El mayo francés se derramó sobre nosotros. Aquella juventud que vivía en el radicalismo de la oposición al franquismo y cuando viajaba a París acudía a la “Librería Española” de François Maspero, a comprar el “Canto General” o “Tercera Residencia” de Pablo Neruda, la “Historia de España” de Pierre Vilar “La guerra civil española” de Hug Thomas, o cualquier otro título que el sectarismo franquista prohibía .... Aquella juventud es la generación en el poder.
  • Aquella revolución, que unos dicen fue, lo que otros dicen fue una fiesta; quizá fue lo que otros han pensado también: una exasperación.

- "Tenía 14 años, no íbamos a la escuela, sino al Odeón, al Panteón, escuchábamos discursos...” (Muchos podrían describirla así).

Un capítulo de la historia terminó y se abrió otro. Las relaciones sociales ganaron en autenticidad a partir de aquel acontecimiento. La hipocresía en las relaciones sexuales cedió hasta el cinismo de la reivindicación de las relaciones homosexuales. La eclosión de libertad individual posibilitó el respeto a lo impensable hasta entonces: las minorías culturales, las músicas nuevas. El poder negro se alzó con Jhon Carlos y Tommy Smith, en la Olimpiada de México, cuando desde el podium de vencedores, al sonar el himno nacional U.S.A. e izarse la bandera americana, agacharon la cabeza y levantaron sus puños enguantados, en imagen que conmovió el mundo. Era dos meses después. Era julio de 1968.

La música de la época era el rock. Sin olvidar el folk. Los cantantes de protesta eran como los grandes directores de coros multitudinarios que cantaban “no nos moverán”. La música catalana tuvo un importante papel con Raimon, Serrat, Llach, los “16 Jutges”. Los poetas cogieron la guitarra, y muchos quisieron ser poetas...

Nos llegaban noticias de que estudiantes franceses escribían frases en los muros de las facultades. "Tomo mis deseos por realidades porque creo en la realidad de mis deseos”, “Sed razonables, pedir lo imposible” y la tremenda “Imaginación al poder”. Se hizo poesía mural. La poesía es indudablemente “un arma cargada de futuro”. La revolución esta vez también venía de Francia, pero en forma de poesía.

A aquellos jóvenes, Jean Paul Sastre les decía que aunque tuvieran muchas más ideas que sus mayores, tenían una imaginación limitada, como todo el mundo. Jean Paul Sastre rechazó, testimonialmente, el Premio Nobel que la Academia Sueca le concedió, mientras los estudiantes de derecho de Nanterre escribieron en los muros de la facultad: “Le droit bourgeois est la vaselina des enculeurs de peuple”, y una fraseología revolucionaria entró en el lenguaje común de la mano de trosquistas y maoístas.

Ahora aquellos jóvenes, son –somos- la generación en el poder. Y, ya lo dijo Jena Paul Sastre. Se pueden tener más ideas, pero la imaginación está limitada. Deberíamos empezar por cuestionarnos ¿qué es la imaginación? Y seguir cuestionándolos, que son las ideas, ¡y la ideología!. Por lo menos, desde entonces y en el momento actual.

Dany Cohn Bendit en un libro (“Nous l’avons tant aimée, la revolution”) que reproduce entrevistas a líderes obreros y estudiantiles de aquella época recoge testimonios valiosísimos para comprender aquella época y en realidad el tiempo en que vivimos. Serge July dice que “el izquierdismo tuvo el mérito de destruir todas las ideologías de vanguardia”. Otros se expresan justificando el pragmatismo diciendo algo así como que si unas ideas no sirven, porque no se pueden llevar a la realidad, lo mejor que puede hacerse es cambiarlas...Cuando lo leí pense en el “gato blanco, gato negro, lo importante es que cace ratones” de nuestro Presidente González.

En realidad, lo que podía haberse dicho en conclusión, dramática para los que creyeron que mayo fue una revolución y sus gentes revolucionarios, y podemos hacer decir al personaje que estuvo en aquella marcha revolucionaria y hoy detenta el poder.

"¿Para qué hacer la revolución, si ahora mandamos nosotros?."

Mas, como yo también soy, en cierto modo (y como todos los de mi generación,) un poco del 68, cuando teníamos veinte años, y la poesía me impresionaba más, no se si será verdad lo que escribe Milan Kundera en la “imsoportable levedad del ser”, pero me fascina cuando dice: “Lo que solo ocurre una vez es como si no ocurriera nunca. Si el hombre solo puede vivir una vida es como si no viviera en absoluto”. Palma, a 22 de Mayo de 1988. (Ayer estuve en el concierto de Leonard Cohen).


Los efebos de mayo, treinta años después

Soñó que había sido captado en una foto que ganó el Pulitzer escribiendo en un muro de La Sorbona: "Seamos revolucionarios, desconfiemos de la revolución". Saldría en toda la prensa con ocasión del trigésimo aniversario. Estaba muy preocupado por las consecuencias. Nunca estuvo en París, ni supo nada de tal "revolución" cuando transcurría aquel mes de mayo del 68, que había pasado rezando el mes de María en un seminario. Después de los años y de todo lo que ha ocurrido en España en treinta años, se ha llegado a creer que estuvo allí. Ha llegado a hacer declaraciones con ocasión del aniversario, contando sus vivencias inventadas. Despertar fue un alivio. El viejo impostor, sufría porque lo que había escrito no había sido en un muro evanescente de su sueño. Lo había escrito de verdad.

Por aquí, entonces, no era fácil enterarse, verdaderamente, de lo que ocurría por el mundo; ni era posible interpretar correctamente los acontecimientos que vivíamos. ETA, por ejemplo, empezó a matar (el 7 de junio de aquel año), y casi nadie pensaba que siguiera haciéndolo después de recuperar la democracia. Nos pasó casi todo inadvertido. El izquierdismo divino era tan reduccionista como el franquismo, aunque al revés y aunque aquí tuviera menos alcance social. Unos y otros ocultaban y sesgaban.

En mayo del 68 no tuvo lugar ninguna revolución (en el sentido clásico del término), porque nada cambió profundamente; solo se remozó, se maquilló, se dejó crecer el pelo. Se expuso con algarabía lo que incorporaban a la conciencia burguesa los hijos de la familia. Fueron los efebos de mayo. Se puso de manifiesto que las cosas pueden cambiar aparentemente (es una de las formas de cambiar) por la fuerza del lenguaje. Los hijos de papá, universitarios y lectores de Mao Tse Tung, cantando la Internacional ejercían la solidaridad de que eran capaces.

Después de gritar consignas maoístas y cantar los himnos revolucionarios, podrían, como pudieron, llegar más tranquilos de conciencia a las cátedras, a los consejos de administración y a los escaños de la política donde ahora se encuentran confortablemente instalados. Las cosas nunca más serían iguales (lo ha repetido ahora, Dany Cohn-Bendit, eurodiputado por los Verdes). Las cosas nunca son iguales. No es lo mismo disfrutar de un "statu quo" sin haberlo criticarlo nunca que habiéndolo hecho. Ahí está la diferencia. Aunque sea cínica, es diferencia. No la hay, sin embargo, en lo que han hecho últimamente algunos políticos y los recaudadores de los fondos de aquella revolución, que se quedaron con el 75 por ciento de los donativos que se recaudaron para la causa, procedentes de todas las partes del mundo.

Palma de Mallorca,mayo 1998

(mayo 1968)

viernes, 2 de mayo de 2008

  • FILOSOFÍA AFORÍSTICA GROUXOMARXISTA (A la derecha el pensador)
  • (Principios y fines...)
  • Jamás aceptaría pertenecer a un club que me admitiera como socio.
  • Estos son mis principios. Si a usted no le gustan, tengo otros.
  • Debo confesar que nací a una edad muy temprana.
  • Partiendo de la nada alcancé las más altas cimas de la miseria.
  • La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnostico falso y aplicar después los remedios equivocados.
  • Solo hay una forma de saber si un hombre es honesto: preguntárselo. Y si responde "sí", sabes que es un corrupto.
  • La política no hace extraños compañeros de cama. El matrimonio sí.
  • El matrimonio es la principal causa de divorcio.
  • Disculpen si les llamo caballeros, pero es que no los conozco muy bien.
  • Grouxo Marx "dixit" y yo, con todo mi afecto y reconocimeinto, lo subrayo.




Leonardo da Vinci y la “nouvelle couisine”


Quien ha sido considerado el más grande hombre de la humanidad, genuino personaje del renacimiento, Leonardo da Vinci, además de pintor, escultor, músico, ingeniero, arquitecto, tanto civil como militar, urbanista, científico, anatomista, inventor de innumerables artificios; conocimientos que hoy se reparten en más de una docena de carreras universitarias; fue, además, un extraordinario cocinero; creador, “avant la lettre” de la “nouvelle couisine”. Es, seguramente, la faceta más desconocida del genio. En 1981 se descubrió el “Codex romanoff”, libreta de anotaciones hechas por Leonardo entre 1481 y 1500, que desvela la pasión que Leonardo tuvo por la gastronomía en un sentido amplio, ya que además de comidas, se refiere a modales en la mesa, a la manera correcta de elegir un queso, a las alternativas a los manteles sucios, etc.

La afición a la comida, que le hizo estar gordo ya desde niño, le venía de familia. El gusto por los dulces hizo que Verrochio, su primer maestro de pintor, escultor e ingeniero, le castigara por “crapulando” o tragón, además de a seguir un régimen para adelgazar, a pintar el ángel del panel de la izquierda del cuadro del Bautismo de Cristo que había sido encargado por la iglesia de San Salvi. Cuadro que hoy se encuentra en la Galería de los Uffizi de Florencia. La cocina fue su gran pasión, menor, si se quiere. Pero incluso es esto fue un adelantado a su tiempo. Como se sabe hoy los mejores “curriculums vitae” son aquellos que añaden a los conocimientos científicos, humanísticos o técnicos un hobby importante o un oficio manual.

Después de unos años de aprendizaje con Verrochio, se colocó de camarero de noche en una taberna llamada “Los Caracoles”. Estuvo sirviendo comidas, más la misteriosa muerte por envenenamiento de todos sus cocineros, en 1473, le permitió dedicarse plenamente a la cocina. En esta actividad intentó revolucionar la cocina tradicional. En la forma de entender los placeres de la mesa los italianos también dejaron sentir la huella de su influencia. En contraposición a la cantidad y brutalidad de los banquetes medievales, con despilfarro de todo lo que se colocaba sobre la mesa, que todavía estaba en vigor en aquella época, los italianos empezaron a introducir cordura y buen gusto en el comer. Actitudes inusuales hasta entonces. En Venecia se inventó y usó por primera vez el tenedor y se diseñan copas de cristal que sustituirán los pesados cuencos metálicos. Leonardo promovió en Florencia el uso de la servilleta. En el “Codex romanoff Leonardo escribe: “La costumbre de mi señor Ludovico de amarrar conejos adornados con cintas a las sillas de los convidados a su mesa, de manera que puedan limpiarse las manos impregnadas de grasa sobre los lomos de las bestias, se me antoja impropia del tiempo y la época en que vivimos...” La alternativa era la servilleta que diseñó.

Sin embargo no fue fácil esa labor de moderación de las costumbres gastronómicas, de civilizar la forma de comer. Cuando Leonardo servía sus paltos, a base de pequeñas porciones de manjares exquisitos sobre pedacitos de polenta, los clientes se alborotaban, protestaban, golpeaban sobre la mesa. Reclamaban aquellas fuentes llenas a rebosar de grandes pedazos de carne a que estaban acostumbrados, y sin los cuales no se entendía un banquete. A la vista de éxito, y para salvar la vida, pues quisieron literalmente matarle, Leonardo, no tuvo más remedio que huir.

Unos años después, en 1478, abandonado el encargo pictórico más importante que había recibido hasta entonces (un retablo para la Capilla de San Bernardo del Palazzo Vecchio) abrió con su amigo el famoso también Sandro Boticelli un establecimiento que construyen con lienzos viejos del taller de Verrocchio, donde ambos habían sido aprendices, que llaman “La Enseña de las Tres Ranas de Sandro y Leonardo” Leonardo pinta un lado de la enseña que cuelga fuera del local y Botticelli el otro. Mas la elegante Florencia se niega a entusiasmarse con la “nouvelle cuisine. Sus excéntricas recetas no son aceptadas por la clientela. Sin embargo Leonardo pasa por un momento en que no quiere volver a los encargos de pintura. Pasa. Entonces vagó por las calles de Florencia, dibujando y tocando el laúd. Tenía 26 años y toda la vida por delante.

A los 30 años entró en la corte de Ludovico Sforza, “el Moro”duque de Milán, que le nombra Consejero de fortificaciones y maestro de festejos y banquetes de la corte. Planifica canales, plazas y edificios y cumple encargos como pintor. De esta época data el magnífico retrato de Beatriz d’Este, esposa de Ludovico.

Proyectó la cocina del Castillo de Milán con un sinnúmero de aparatos que inventó, para limpiar, moler, rebanar, pelar, cortar. También ideó un sistema para eliminar los tufos y malos olores y un ingenioso aparato para eliminar las ranas de los barriles de agua de beber; un asador automático para evitar que el personal estuviera dándole vueltas todo el día a los asados; circuitos para tener siempre agua caliente y una infinidad de aparatos más. También fue, pues, el precursor de los electrodomésticos culinarios. Mas los Sforza no le valoraban mucho en este orden, haciéndoles constantes encargos de otro tipo para tenerle apartado de las cocinas.

Aunque no tuviera éxito como cocinero en su época, algunos platos concebidos para los banquetes de los Sforza y la combinación de los alimentos que empleó para los bocetos previos de la “Última cena”, como criadillas de cordero a la crema, ancas de rana con verduras, muslos de focha con flores de calabacín, puré de nabos con rodajas de anguila, son de actualidad en las mejores mesas de los más distinguidos restaurantes.

Veinte años más tarde después de pasar por la Corte de Cesar Borgia, hijo del Papa Alejandro VI y hermano de la famosa Lucrecia y la de Luis XII de Francia, que estaba en Milán y tener como mecenas a Guillermo de Médici. El sucesor de Luis XII de Francia, que había conocido a Leonardo se había aficionado a los spago mangiabile” (cordeles comestibles), hoy llamados espaguetis, inventados por Leonardo, lo llamó a su lado ofreciéndole su mecenazgo. Una renta elevada, un palacete para vivir, con su propia cocina donde trabajar, en Ambois, el valle del Loira, contiguo al gran castillo del rey Francisco I. Aquí pasó, nuestro genio, los tres últimos años de su vida, que vivió como siempre había deseado y nunca había conseguido hacer antes. Contemplando, eso sí, los cuadros que se había llevado consigo. El rey Francisco, era aficionado, en secreto, a la cocina de Leonardo y la visitaba continuamente para cocinar y comer. Incluso para facilitar las visitas de incógnito se construyó un túnel que unió el gran palacio real y la casa de Leonardo. El Rey Francisco I, que era duque de Milán, estaba empeñado en hacer de los espaguetis el plato nacional de Francia. En la corte se impuso como novedad que las damas y los caballeros compartieran la misma mesa. Lo que exigía cambiar el modo de comer. Con mayor razón si se tiene en cuenta que esa costumbre iba acompañada del uso de espléndidas vajillas de porcelana y cristalerías valiosas.

Se estaba implantando en la corte francesa el estilo de vida italiano. Ciertamente a finales del Siglo XV, la vida cortesana en Europa y la cocina occidental, que adquiere presencia en los banquetes cambian de fisonomía. Se siguen las pautas fraguadas en Italia, con la importante inspiración del genio de Leonardo.

Monumento a la "dedocracia"
Cesar Baldaccini. (La Défense-Paris)
"Le pouce" "The thumb"