domingo, 27 de abril de 2008


  • Cuando no se está obligado a hacer por el prójimo esos pequeños sacrificios exigidos por la urbanidad y el arreglo personal, se acaba por adquirir la costumbre de no preocuparse por los demás. Entonces todo se vicia en nosotros, tano las formas como el talento. HONORÉ DE BALZAC (pag. 46 de "Las ilusiones perdidas")

sábado, 26 de abril de 2008

"Si usted echa a toda la gente inteligente que no es dócil y toma en su lugar solamente a idiotas obedientes, va a arruinar con toda seguridad al partido" STALIN (en una carta a Bujarin)

JAMES JOYCE O ESCAPARSE DE LAS REDES[1]


Para buscar la felicidad no es necesario arraigarse en una cultura concreta, bien definida, cerrada y menos por estimar que es propia por naturaleza; a la que pertenece porque ya fue antes de sus padres y de sus abuelos y, seguramente, de los padres y los abuelos de estos, o porque, de algún otro modo se está atado a ella como destino inexorable; quizá por una lengua, por una religión u otras creencias. No lo creo pero, ciertamente, hay quienes sí lo creen, siguiendo la idea que fue propia de la ciudad clásica, sin la que era imposible ser algo, ni siquiera verdaderamente hombre. Al hombre sin ciudad, solo, se le llamaba idiota… Era entonces preferible la muerte al destierro. Mas, los tiempos han cambiado y las sociedades se han abierto. Afortunadamente. Los humanes solos ya no son idiotas y están en grandes ciudades para humanes solos. Aquella soledad ya no existe. Ahora las soledades están bien acompañadas en las ciudades abiertas. No es necesario ya hacer caso a la llamada de ninguna de las entidades profundas que han apresado a la gente para sobrevivir y ser feliz, en lo que cabe serlo. Porque los humanes, aunque a veces no se tiene conciencia de ello, podemos ser lo que queramos ser, o por lo menos intentarlo, que no es necesariamente lo que la tribu (o cualquier otra entidad que se atribuye ese poder) nos reclama que seamos, con invocaciones a la historia y a las raíces. Sin percatarnos de que no tenemos raíces como los árboles y que la historia cuenta lo que ha ocurrido, no determina lo que ha de ocurrir. La libertada es la que podrá desarraigarnos de los atavismos. La libertad individual no admite las ataduras de pertenencia na(tural)cional, cultural o lingüística por necesidad u obligación metafísica. Solo las permite por libre decisión, voluntaria. La pertenencia a una nación democrática moderna, un estado de derecho, comporta un grado de sujeción que no es comparable sin ofender a la inteligencia con la sujeción nacionalista.

Los nacionalistas afirman que todos somos nacionalistas. Error, o mejor, falacia tan grave como decir que todas las sustancias de una farmacia pueden matar, lo que es obvio pero falso; pues lo que hace las sustancias venenosas, mortales, es la dosis. Puede llegar a haber multitud de redes invisibles y cadenas que pueden atrapar, lo mismo que falacias confundir. La huida, la escapada, el desembarazarse de esas redes no es tarea fácil. La vida y la obra de James Joyce, monstruo incomprendido tantas veces de la literatura universal, es un ejemplo, un símbolo de esa lucha, de la huida de la caverna, de la afirmación de libertad frente a las ataduras ambientales. Huye incluso del lenguaje convencional para inventarse otro a su medida. Es un símbolo que representa la escapada de las redes y de las falacias. Joyce era un irlandés que escribía en inglés (craso pecado), lo que le acarreó vivir acosado por los nacionalistas irlandeses de su época que le acusaban de falta de entusiasmo por la causa nacional irlandesa. Causa que, por razón de nacimiento y lengua materna, aquellos habían decidido que debía abrazar. Sin embargo aquella propuesta, tan corta de miras, no le resultaba nada atractiva. No solo la rechazó sino que con su obra cosmopolita y universal contribuyó a luchar intelectualmente contra ella. Era lo contrario a lo que hubiera sido de esperar de un buen irlandés según la tribu que le acosaba. “Cuando el alma de un hombre nace en ese país, se encuentra con unas redes arrojadas para retenerle, para impedirle la huida. Me estás hablando de nacionalidad, de lengua, de religión. Estas son las redes de las que yo he de procurar escaparme.” Lo escribió Joyce, pero muchos otros lo han firmado y lo seguimos firmando.


[1] ULTIMA HORA. 5 Enero 2005

jueves, 17 de abril de 2008

Velazquez. "La mujer del espejo" (National Gallery) London

miércoles, 16 de abril de 2008

LA LENGUA, COMO CULTURA O COMO IDENTIDAD[i].


A menudo aparecen artículos en la prensa o se realizan programas de radio o televisión que ponen de manifiesto que el “tema de la lengua”, en nuestra comunidad no se ha cerrado; a pesar de que hace veinticinco años que empezó supuestamente a hacerse. Carlos Delgado ha demostrado últimamente lo fácil que es reabrirlo. En realidad lo que se cierra mal, como es el caso, no puede afirmarse que realmente esté cerrado.

Una de las pruebas que más evidencian el problema a que me refiero es la afirmación de que nuestra comunidad es bilingüe. Lo estblece el Estatuto de autonomía. Pero decirlo puede resultar un anatema imposible de expiar en algunos ambientes, si no es al precio de cambiar inmediatamente de opinión, confesarse del pecado, hacer penitencia y promesa de enmienda.

Afirmar el bilingüismo de nuestra comunidad implica que los que tienen la lengua como identidad le tilden a uno no solo de derechas, lo que no tendría ninguna importancia; es solo una tontería; (pues se han olvidado las razones económicas que fueron propias de la dialéctica derechas izquierdas), sino también de reaccionario y de facha… Lo que impide que ni siquiera pueda leerse el Estatuto de autonomía en voz alta sin riesgo de ser insultado. Todo porque (es una de las razones más importantes), nuestras dos lenguas no están al mismo nivel de uso. Exigencia que no suelen poner los diccionarios al definir el término. Basta, en general, para ser culturalmente bilingüe, usas habitualmente dos lenguas. Mas, los identitaristas son más papistas que el papa.

Persiste entre nosotros el problema lingüístico porque a la lengua, se diga lo que se diga, no se la viene tratando como una expresión cultural. Si se afronta la lengua como cultura, el saber no ocupa lugar, por lo que, cuantas más lenguas se posean, aunque sea a distintos niveles, como suele ocurrir en la realidad, mejor; mayor capacidad comunicativa tendremos; más cultos seremos. Cada lengua será una puerta abierta a otro espacio de nuestro mundo. Ser bilingüe, desde el punto de vista cultural, es una enorme riqueza.

Sin embargo, si se considera la lengua, como la consideran los identitaristas, como seña, sagrada, de identidad de una comunidad, que debe preservar su pureza de contaminaciones extrañas; y extrañas, si no enemigas, son, en este sentido, las demás lenguas que compiten en el mismo mercado lingüístico; podremos empezar a comprender lo que está ocurriendo, el por qué todavía a estas alturas tenemos problemas lingüísticos, todavía se suscitan las cuestiones que se suscitan con relación a las lenguas que nos son propias. Comprenderemos por qué se rechaza el bilingüismo. Comprenderemos el problema de fondo.

Resulta que con la identidad que se atribuye a los catalanoparlantes, de forma interesada y sectaria, se pretende, por parte de los partidos nacionalistas catalanistas que todos los catalanoparlantes, por esa razón precisamente, sean miembros de una especie de “cuerpo místico” nacional ideal llamado “Països catalans”. Con lo que el problema está servido, porque en nuestra comunidad hay una mayoría social que no está por esta labor. Con ello, es evidente que el tema de la lengua deja de ser cultural para ser estrictamente político. Es lo que está ocurriendo. Hay unos partidos nacionalistas que tienen como objetivo político, programa máximo o utopía, la construcción de esa patria catalana separada de España, en la que se quiere que todos los territorios que tienen como lengua propia la catalana participen. Ente al que debe pertenecer necesariamente (se plantea como exigencia metafísica o religiosa) todo bien nacido en esa tierra, adecuadamente normalizado, para no traicionar la historia (aunque sea inventada "ex profeso")…

La lengua, al utilizarse de ese modo, al servicio de la política nacionalista, se convierte, pues, en un instrumento de separación en vez de serlo de unión. Desde este punto de visto la lengua española estorba profundamente y dificulta enormemente una idea de normalización que tiene como finalidad tácita la sustitución de la lengua castellana por la catalana. Se diga lo que se diga de puertas afuera. Basta ser buen observador.

Si lo que envolviera la lengua fuera la cultura y la normalización lingüística fuera aditiva en vez de sustitutiva, no pasaría lo que está pasando. Y si cuando se pide unidad de la lengua no se encubriera que realmente se está pidiendo unidad política, no habría las reticencias que hay para reconocerla. Pero a uno le duele que le tomen el pelo y más si ya le queda poco.



[i] Publicado en EUROSALMON, en Junio 2004. (Reeditado para el blogg con referencias a la actualidad sobre la cuestión que ha introducido Carlos Delgado)

domingo, 13 de abril de 2008

  • Mejor pasar audaz al otro mundo en el apogeo de una pasión que marchitarse consumido funestamente por la vida. JAMES JOYCE (Los muertos- Dublineses)

sábado, 12 de abril de 2008

¿Una república para España?


  • Si con esta experiencia (la de 1873 y 1931) alguien cree que puede ser en este momento una solución para España, merece estar apartado en un manicomio. STANLEY PAYNE (04.10.2006)

Cuando, a principio de los años ochenta, escuchamos a Guerra decir que “A España no la va a conocer ni la madre que la parió” no teníamos ni idea de hasta que punto era una premonición. Aunque quien cumple el vaticinio es el segundo de los presidentes socialistas que ha dado nuestra democracia, un cachorro silencioso entonces, cuando “l’enfant terrible” del felipismo decía aquellas cosas. Quienes no nos habíamos fiado de las, que considerábamos, malas lenguas todavía no les conocíamos… Después, algunos llegamos a la conclusión de que aquellos mal pensados, aquellas malas lenguas, se habían quedado cortos, muy cortos. Aquellos primeros socialistas de la nueva democracia eran también republicanos sin república, los de hoy además lo son sin sentido. Republicanos curiosos que aceptaron la monarquía... Era, en realidad, una monarquía republicana…

Todavía recuerdo la imagen, que no se ha prodigado en absoluto hasta ahora, de la apertura de las primeras cortes en las que los socialistas estuvieron, de pie –eso sí- pero sin aplaudir al rey, permaneciendo ostensiblemente con los brazos caídos. Los socialistas, después de la muerte de Franco, habían propugnado llo que llamaron “ruptura democrática” y la república. Entonces estaban y siguen estando, sin embargo, acomodados en la la monarquía. Era cuando todavía se auto identificaban con los “cien años de honradez” (Los que habían estado sin tocar poder), y que durante el felipismo se añadió al eslogan, a modo de chascarrillo: “pero ni un minuto más”. Pronto, es de esperar, que en esta vorágine de cambio zetapeino le vaya a tocar el turno a la forma de Estado. Zapatero es republicano como su abuelo. Entonces regía la dialéctica monarquía o república. Hoy esa no es, en absoluto la cuestión, pero con la “memoria histórica” se pueden hacer muchas fantasías para entretener el personal en tiempos de crisis.

Ya se han emitido, en la pasada legislatura, algunos balbuceos republicanos. Se han sacado a pasear banderas tricolor, quemado fotos de la familia real y pronunciado discursos. No se canta como en los primeros tiempos Mañana España será republicana, pero en cualquier momento puede volver a hacerse. No es difícil ser republicano en España. Solo hace falta decirlo. La fuerza del lenguaje es ecreadora… Durante la primera república se cantaba:

Si la república viene

no habrá quintos en España.

Por eso aquí hasta la Virgen

Se vuelve republicana.

La canción se refería a una de las principales motivaciones de la adhesión popular a la primera República española (1873). El republicanismo en la España contemporánea data de 1869. En realidad nunca hemos dejado de ser republicanos. Si embargo hemos sido unos republicanos muy curiosos. Casi siempre hemos estado sin república. Quizá ha sido por eso que lo hemos seguido siendo. La república ha funcionado políticamente, para algunos, como la novia platónica que nunca se consiguió y que por esa ignorancia se la deseó toda la vida, confrontándola con la mujer real, a la que se hartó con estúpidas comparaciones con la hipotética perfección del ideal.

Las experiencias republicanas han sido de lo más efímero y trágico de nuestra historia. La primera república por lo menos se proclamó en sede parlamentaria el mismo día que se aceptó la abdicación de Amadeo de Saboya, pero no duró ni once meses. Fue además una época convulsa con cuatro presidentes y un jefe de gobierno que algunos, antes de la aventura republicana, habían querido hacer rey, y que para nada apreciaba la república. Fue una época en lque se produjeron las insurrecciones cantonalistas, que revivían la emoción de la Comuna de París. El grito de ¡Viva Cartagena! (Alcoy y otros lugares), hizo estragos además del ridículo…Se conspiraba y agitaban las masas. El propio presidente de la I República, Pi y Margall, en un discurso parlamentario dijo: “Si la República hubiera venido de abajo arriba, las provincias habrían empezado a constituirse en cantones y hubiera desaparecido el Poder central.” Son las palabras de un jefe de Estado ácrata… Curioso, como un obispo ateo...

Republicana es la luna,

Republicano es el sol,

Republicana mi novia,

Republicano soy yo.

Esta canción es de la siguiente época republicana. Durante la II República española los niños cantaron esa canción; más realista que la primera… (No se refiere a la Virgen, por supuesto). Además quien suprimió la ”mili” obligatoria, un siglo y un cuarto más tarde, fue Aznar…

La II República se proclamó de modo diferente. No fue en sede parlamentaria, sino en la calle. Se hizo con mayor emoción revolucionaria. Los republicanos siempre han afirmado que la II República entró de modo pacífico y por las urnas. Sin embargo no por mucho repetido por unos es cuestión pacífica entre los historiadores. No fue tan pacífico su advenimiento como se quiere suponer. En Jaca se había intentado un golpe militar para proclamarla; y en cuanto al aspecto electoral, no puede ignorarse que las elecciones que la llevaron a puerto fueron unas municipales (impropias para tal fin) y que, además, no las ganaron (por número de concejales elegidos) los republicanos. Fue el monarca que prefirió retirarse ante lo que intuyó podía ocurrir. El 14 de abril, sin trámite, expeditivamente, por la vía de los hechos, las autoridades de Madrid fueron expulsadas enérgicamente de sus cargos. No hubo continuidad institucional.

Mas, por poco que se piense se ve que no podía hacerse de otro modo habida cuenta las circunstancias.Entre el día electoral y la proclamación de la república apenas transcurrieron dos días. Companys en el ayuntamiento de Barcelona expulsó a las autoridades sin esperar al traspaso de poderes y Maciá imitó a Companys ocupando la Diputación, donde proclamó la República catalana dentro de la Federación ibérica; cuando nadie en el Pacto de San Sebastián había hablado de federalismo. Con la advertencia de que quien perturbara el orden de la naciente República catalana sería considerado como un agente provocador y como un traidor a la patria. La marsellesa era cantada o tatareada, mientras se gritaba: Visca Maciá, mori Cambó”. Sin embargo idílicamente la llamaron la “niña bonita”…Mas, como escribió Salvador de Madariaga: “no le vendría mal como epitafio: Entre todos la mataron y ella sola se murió” y que “la república iba de mal en peor y que no valía intentar consolarse con la comodísima explicación de que todo se debía a esos malditos reaccionarios, porque en mi opinión y experiencia no eran menos responsables los de la izquierda”.

Hoy, con todo lo que sabemos (o podemos saber) empeñarse en postular la idea de la II República española tiene delito. Es cuando menos, insólito. Pues reivindicar, querer revivir, lo que terminó no solo en fracaso estrepitoso sino en tragedia cívica y social, en cruenta guerra civil, es ciertamente incomprensible. Es cosa de republicanos, por lo menos curiosos. Si se quiere una república, cosa que no hay por qué descartar ni dejar de hacerlo; en el mundo hay muchos ejemplos y mejores. Si en nuestra historia no encontramos el ejemplo que buscamos podemos tomar la referencia que queramos, no estamos atados ni siquiera a nuestro pasado. Somos libres. Yo, por ejemplo, preferiría, en su caso, la república francesa.

jueves, 10 de abril de 2008

Los principios son la materia de los valores, pero sin la forma que les concreta la norma que los adopta .
    • Todos tenemos nuestras locuras y nuestros sueños, joven. Algunos sueños los podemos realizar; otros, nunca. Son asesinados por su propia realización. Usted puede ir por el camino de la decencia . O puede irse al infierno. (Jan Valtin)

¿Por qué balear y por qué tantas cosas?

El día menos pensado podemos empezar a escuchar que quienes creen en la mallorquinidad de Cristóbal Colón son “fachas” (“ultraderechistas” o “fascistas”). Para ello, solo haría falta que la consigna de la progresía fuera mantener a todo trance que Colón era genovés o de cualquier otro lugar. Pues, “facha”, por la ligereza en su uso, conceptualmente ha venido a significar: “ lo que se dice para insultar a quien se opone o discrepa, aunque sea levemente, de algún criterio o cuestión mantenida como verdad por la “progresía” (comprensiva de la “izquierdona”y los “nacionalistones”). Es lo que ocurre actualmente con quienes les gusta seguir llamando mallorquín a la lengua que se ha hablado y habla en Mallorca, y se atreven, en ejercicio de la libertad y el pluralismo, a decirlo. No importa que lo piense un sesenta y dos por ciento de la población, según una recientísima encuesta; claro que encargada por Carlos Delgado… Y ya se sabe… Dirán, sonriendo como quien va perdonando vidas; para desacreditarla. Pero poco conseguirán porque el argumento “ad hominem” es el peor de los argumentos. Es más, ni siquiera es un argumento. Es un sofisma, o una falacia, usada a modo de escupitajo. Algo desagradable, asqueroso, que la mayoría, para evitar el asco que produce, evitan pronunciarse sobre lo que los desencadena.

Eso me ha venido a la mente después de leer el artículo de Carlos Delgado “¿Por qué Balear?”, referido a nuestra lengua. Una tesis interesante. Pero, de momento, una causa perdida por y para nuestra generación. Son inútiles, pues, los argumentos y las citas que Delgado hace en apoyo de sus tesis. Ni que vinieran avaladas por el Papa servirían para mucho. La Universidad a la que hemos concedido el derecho de aprobar y suspender en esas cosas, hoy por hoy no las aprobará. No hay el menor peligro. Si viniera el caso ejercería su derecho, aunque fuera desviando el poder; porque no me cabe duda que hoy la razón última de la decisión, en esta materia, nada tendría que ver con el conocimiento o la ciencia y mucho con la ideología política imperante entre quienes detentan ese derecho de aprobasr y suspender y de otorgar licencias académicas.

Ante esta situación, no es resignación lo que postulo. En absoluto. Pero sí paciencia. Paciencia porque lo hemos hecho estrepitosamente mal y ahora sufrimos las consecuencias y no podremos solucionarlo a corto plazo. Hemos aceptado lo inaceptable y ahora se puede invocar como ley lo que no hemos querido nunca, pero que estúpidamente hemos consentido nos fuera dado como norma jurídica. Al PP, que era el único partido con quien se debía haber podido confiar en eso, también hay que afearle la conducta negligente y la traición a una tradición que finalmente, con su concurso, fue derogada por la ley. Deberemos esperar que sea una generación futura la que enderece el entuerto. Muchos a quienes nos hubiera gustado verlo, lo más seguro es que no lo veamos, pero debemos confiar en que el aceite termine flotando sobre el agua por ser de ley, y al final termine imponiéndose. Porque las tesis de Carlos Delgado, formuladas en su artículo citado, lo más seguro es que terminen triunfando, pero tengo la fundada sospecha que no será por ahora, por lo que he indicado. No discurren tiempos propicios.

  • En el libro que al final cito leí lo que a continuación transcribo, que viene a cuento por lo de la cultura oficial , las Academias o Universidades oficiales, a veces sectaria hasta la médula. Véase:

“”Hace sesenta años se produjo un acontecimiento de consecuencias terribles para el futuro de la medicina, la biología y en general la ciencia de la URSS. Trofim Denísovich Lysenko, desde la Academia de Ciencias Agrícolas de la Unión, impuso como credo para los biólogos, botánicos, zoólogos y agrónomos del país sus teorías: la biología debía enseñarse con criterios michurianos, el nombre que Lysenco daba a sus teorías. Había aplicado las teorías de Mendel, pero viendo que el poder de los genes y cromosomas era una mentira burguesa. Mendel y sus seguidores sostenían en Occidente que las características de los seres vivos se basaba en la herencia, olvidando el medio ambiente. En cambio él afirmaba que la herencia era un factor secundario y que las condiciones externas determinaban la pervivencia o extinción de plantas y animales. A diferencia de los biólogos capitalistas, él había desentrañado los secretos de la evolución. Su fama fue inmediata. Combinando el materialismo dialéctico con las ideas de Michurin. Lysenko había descubierto el gran error del darwinismo: pues no había competencia en el interior de las especies. (Eso es un valor burgués que Lysenko no admitía ni en las ciencis naturales) Solo los científicos imperialistas podían asegurar que la naturaleza era un campo de batalla. Como director del Instituto Genético de Odessa, desde 1929 Lysenko inició su cruzada a favor de la biología proletaria. Uno de los primeros en darse cuenta de la "genialidad" fue el académico Isaac Prezent, quien se convirtió en el vocero y filósofo oficial del "Darwinismo creativo”, como rebautizó a las teorías de Lysenko. Muy pronto cualquier argumento a favor de la genética occidental fue considerado una traición a la patria y al partido. Unos meses antes del inicio d la Segunda Guerra Mundial, Beria solicitó a Stalin la detención de Nikolái Ivánovich Válilov, Director del Instituto de Cultivo de Plantas y del Instituto de Genética, enemigo acérrimo de Lysenko…””.
Ese fanatismo retrasó medio siglo la biología en lo que fue la URSS.
(La cita,que he resumido, es de Jorge Volpi, de su obra, “No será la tierra”).


martes, 1 de abril de 2008

Cambiemos , o suprimamos, los nombres; el tiempo parecerá detenido.




-El camarada Thälmann ha sido elegido por el congreso del partido -dije-. Debemos lealtad a los líderes elegidos, porque el principio del centralismo democrático es fundamental en el partido.
-Mentira -contestó Ewert-. Stalin desprecia la democracia y lo centraliza todo. Los líderes son nombrados, no elegidos. Cada líder defiende sus propios intereses . Cada líder trata de formarse su red particular de espías y su ejército secreto particular para consolidar su posición desde los cimientos. ¿Y el congreso? Voy a decírselo. Los congresos son convocados cuando ya es tarde para mover la tiranía de arriba. Los congresos son convocados solamente para decir "sí" a todas las decisiones, ya irrevocables. Todo esto puede sonar a sus oídos inocentes como una charla contrarevolucionaria. (pag 203, in fine Seix Barral 2008) JAN VALTIN ( La noche quedó atrás)

"El mejor libroque he leído sobre el Siglo XX", F.D. Roosevelt
"Un libro apasionante, auténtico y sin concesiones ", H.G. Wells.