sábado, 3 de mayo de 2008


Paris, Mayo 1968 - 2008 (Cuarenta años después)
  • No me apetecía escribir, por lo menos de momento, de este aniversario, aunque sea el 40º. Como Sarkozy, prefiero enterrar el mayo del 68. Aunque estoy pensando que será mejor que lo hagamos sin prisa, porque al hacerlo, a buen seguro que enterraremos algo propio y con más relevancia, quizás, de la que inicialmente podíamos pensar. Fue germen de la "progresía", una especie de casta con la que convivimos y que ha hecho de la contradicción (entre lo que se dice y lo que se hace) su forma de vida... Una gente, por otra parte, ideológicamente caduca y trasnochada. Pero el mayo del 68 contribuyó, sin duda, a la libertad interpersonal y a la igualdad entre los seres humanos, lo que, obviamente, fue bueno.
  • Gluksman ha escrito últimamente, en carta al presidente de la república francesa, que lo mejor que tuvo el mayo del 68 fue la emergencia de un espíritu antitotalitario y la contestación del comunismo; y que el mejor heredero de la franqueza de mayo del 68 es Nicolas Sarkozy. Su perfil y circunstancias personales (que últimamente le han hecho perder popularidad, curiosamente) hay que convenir no hubieran sido posibles se dieran en un presidente de Francia, si la sociedad francesa no hubiera transitado por el mayo de 1968.


  • A continuación voy a reeditar dos artículos; uno que escribí hace 20 años y otro que hace 10, conmemorando el vigésimo y el trigésimo aniversario de esta revuelta con ínfulas de revolución. Aunque si es cierto, como dijo Ortega, que la revolución consiste más en el cambo de los usos que de los abusos, pudiera ser que termináramos cambiando de opinión respecto de la calificación del fenómeno social llamado "mayo de 1968".
  • Realmente lo que se vive es lo más dificil de aprehende teóricamente.

Veinte años después


Hace veinte años dicen hubo una revolución. El mayo francés se derramó sobre nosotros. Aquella juventud que vivía en el radicalismo de la oposición al franquismo y cuando viajaba a París acudía a la “Librería Española” de François Maspero, a comprar el “Canto General” o “Tercera Residencia” de Pablo Neruda, la “Historia de España” de Pierre Vilar “La guerra civil española” de Hug Thomas, o cualquier otro título que el sectarismo franquista prohibía .... Aquella juventud es la generación en el poder.
  • Aquella revolución, que unos dicen fue, lo que otros dicen fue una fiesta; quizá fue lo que otros han pensado también: una exasperación.

- "Tenía 14 años, no íbamos a la escuela, sino al Odeón, al Panteón, escuchábamos discursos...” (Muchos podrían describirla así).

Un capítulo de la historia terminó y se abrió otro. Las relaciones sociales ganaron en autenticidad a partir de aquel acontecimiento. La hipocresía en las relaciones sexuales cedió hasta el cinismo de la reivindicación de las relaciones homosexuales. La eclosión de libertad individual posibilitó el respeto a lo impensable hasta entonces: las minorías culturales, las músicas nuevas. El poder negro se alzó con Jhon Carlos y Tommy Smith, en la Olimpiada de México, cuando desde el podium de vencedores, al sonar el himno nacional U.S.A. e izarse la bandera americana, agacharon la cabeza y levantaron sus puños enguantados, en imagen que conmovió el mundo. Era dos meses después. Era julio de 1968.

La música de la época era el rock. Sin olvidar el folk. Los cantantes de protesta eran como los grandes directores de coros multitudinarios que cantaban “no nos moverán”. La música catalana tuvo un importante papel con Raimon, Serrat, Llach, los “16 Jutges”. Los poetas cogieron la guitarra, y muchos quisieron ser poetas...

Nos llegaban noticias de que estudiantes franceses escribían frases en los muros de las facultades. "Tomo mis deseos por realidades porque creo en la realidad de mis deseos”, “Sed razonables, pedir lo imposible” y la tremenda “Imaginación al poder”. Se hizo poesía mural. La poesía es indudablemente “un arma cargada de futuro”. La revolución esta vez también venía de Francia, pero en forma de poesía.

A aquellos jóvenes, Jean Paul Sastre les decía que aunque tuvieran muchas más ideas que sus mayores, tenían una imaginación limitada, como todo el mundo. Jean Paul Sastre rechazó, testimonialmente, el Premio Nobel que la Academia Sueca le concedió, mientras los estudiantes de derecho de Nanterre escribieron en los muros de la facultad: “Le droit bourgeois est la vaselina des enculeurs de peuple”, y una fraseología revolucionaria entró en el lenguaje común de la mano de trosquistas y maoístas.

Ahora aquellos jóvenes, son –somos- la generación en el poder. Y, ya lo dijo Jena Paul Sastre. Se pueden tener más ideas, pero la imaginación está limitada. Deberíamos empezar por cuestionarnos ¿qué es la imaginación? Y seguir cuestionándolos, que son las ideas, ¡y la ideología!. Por lo menos, desde entonces y en el momento actual.

Dany Cohn Bendit en un libro (“Nous l’avons tant aimée, la revolution”) que reproduce entrevistas a líderes obreros y estudiantiles de aquella época recoge testimonios valiosísimos para comprender aquella época y en realidad el tiempo en que vivimos. Serge July dice que “el izquierdismo tuvo el mérito de destruir todas las ideologías de vanguardia”. Otros se expresan justificando el pragmatismo diciendo algo así como que si unas ideas no sirven, porque no se pueden llevar a la realidad, lo mejor que puede hacerse es cambiarlas...Cuando lo leí pense en el “gato blanco, gato negro, lo importante es que cace ratones” de nuestro Presidente González.

En realidad, lo que podía haberse dicho en conclusión, dramática para los que creyeron que mayo fue una revolución y sus gentes revolucionarios, y podemos hacer decir al personaje que estuvo en aquella marcha revolucionaria y hoy detenta el poder.

"¿Para qué hacer la revolución, si ahora mandamos nosotros?."

Mas, como yo también soy, en cierto modo (y como todos los de mi generación,) un poco del 68, cuando teníamos veinte años, y la poesía me impresionaba más, no se si será verdad lo que escribe Milan Kundera en la “imsoportable levedad del ser”, pero me fascina cuando dice: “Lo que solo ocurre una vez es como si no ocurriera nunca. Si el hombre solo puede vivir una vida es como si no viviera en absoluto”. Palma, a 22 de Mayo de 1988. (Ayer estuve en el concierto de Leonard Cohen).


No hay comentarios: